Este templo con aspecto de colegiata debió iniciarse a finales del siglo XIV, a raíz del establecimiento de los caballeros santiaguistas en la ciudad, cuando Enrique II hizo merced de ella a esta Orden.
Aunque su estilo predominante es el barroco del siglo XVIII, se entremezclan diversos elementos de diferentes periodos que enriquecen el conjunto monumental. De la primera fábrica se conserva la portada gótica del lado del evangelio y las bóvedas de las dos capillas que se sitúan a los pies del templo. Su elemento arquitectónico más visible y característico es su majestuosa torre barroca de 64 metros. Pudo ser realizada entre 1749 y 1756 y es obra de Juan Alfonso de Ladera.
Destacan en su interior las bóvedas góticas pertenecientes a la primera fábrica de la iglesia, los frescos situados sobre el crucero, el gran retablo tabernáculo dedicado a San Miguel Arcángel y algunas de las más representativas tallas que procesionan en la Semana Santa jerezana.